¿Qué son las Cavernomas/Cavernomatosis – CCM?
Las malformaciones cavernosas cerebrales (CCM), también conocidas como cavernomas, son lesiones vasculares del sistema nervioso central caracterizadas por acúmulos anómalos de capilares dilatados y de paredes finas. Estas estructuras pueden sangrar de forma repetida y ocasionar crisis epilépticas, déficits neurológicos focales o hemorragias cerebrales. Los cavernomas son la primera causa de ictus hemorrágico en la población.
La prevalencia estimada se sitúa entre 1:200 (forma esporádica) y 1: 10.000 (forma hereditaria), aunque muchas lesiones permanecen asintomáticas y se detectan de forma incidental en estudios de neuroimagen. La presentación clínica es muy variable, con casos únicos y estables frente a cuadros con múltiples lesiones progresivas o hemorrágicas.
Formas clínicas: esporádica y genética
Existen dos formas principales de presentación de la enfermedad:
Forma esporádica:
Representa la mayoría de los casos. Suele presentarse con una única lesión. No suele haber antecedentes familiares ni mutaciones germinales detectables en los genes CCM. No es una forma hereditaria.
Forma hereditaria o familiar:
Se transmite con herencia autosómica dominante, es decir, basta con heredar una copia alterada del gen para poder manifestarse. Se caracteriza por la presencia de múltiples cavernomas en distintas localizaciones, con tendencia a aumentar en número a lo largo de la vida.
Los pacientes con esta forma suelen tener antecedentes familiares y pueden presentar síntomas recurrentes o multifocales.
Base genética
Los cavernomas pueden presentarse en forma hereditaria o espontánea, y en ambos casos se originan por mutaciones en los genes CCM, implicados en la estabilidad de los vasos sanguíneos del sistema nervioso central.
Forma hereditaria
Se asocia principalmente a mutaciones en los genes KRIT1 (CCM1), CCM2 (Malcavernina) y PDCD10 (CCM3), que codifican proteínas esenciales para mantener la unión entre las células endoteliales y la integridad de la barrera hematoencefálica.
En estos pacientes, una copia del gen ya está alterada desde el nacimiento. Para que aparezca un cavernoma en un punto concreto del cerebro, es necesario que la otra copia del mismo gen sufra una segunda mutación adquirida, fenómeno conocido como “second hit”.
Por ello, las personas con la forma hereditaria tienen mayor predisposición a desarrollar múltiples cavernomas.
Forma espontánea
En la forma esporádica, las lesiones suelen aparecer espontáneamente por mutaciones en ambos alelos de los genes CCM. No obstante, también se han descrito cavernomas causados por mutaciones en otros genes, como PIK3CA, AKT1 o EPHB4, que intervienen en la angiogénesis y la reparación vascular.
Además de los genes CCM, en ambas formas, se han identificado mutaciones en otros genes, como PIK3CA y MAP3K3, que pueden favorecer la aparición o el crecimiento de los cavernomas.
Diagnóstico clínico y genético
El diagnóstico clínico se basa en la neuroimagen por resonancia magnética (RM), que permite identificar las lesiones cavernomatosas típicas y determinar su número y localización. En casos familiares o con lesiones múltiples, el estudio genético es esencial para confirmar la forma hereditaria y permitir la identificación de familiares en riesgo. Además, en pacientes con un solo cavernoma detectado, el análisis genético puede ser útil para descartar que la lesión sea parte de una forma hereditaria, proporcionando información importante sobre el pronóstico y el riesgo familiar.
Importancia del diagnóstico genético
El estudio genético permite identificar la alteración causal en cada familia, confirmar la transmisión hereditaria y guiar el consejo genético. Además, posibilita la detección temprana en familiares en riesgo y una vigilancia específica que mejora la calidad y la esperanza de vida de los pacientes.